Diez reclusos con antecedentes violentos escaparon este viernes de una prisión en Nueva Orleans (Luisiana) y al menos uno de ellos ha sido recapturado por las autoridades, que continúan buscando al resto de los fugitivos.

Según imágenes distribuidas por la oficina de la sheriff de Nueva Orleans, los diez presos habrían escapado a través de un agujero que abrieron detrás de un inodoro en el Centro de Justicia.

En la misma pared dibujaron varias inscripciones con un bolígrafo, entre ellas una flecha que señala el agujero y un mensaje que dice: "Demasiado fácil, jaja".

De acuerdo con las autoridades, escaparon durante la pasada medianoche y no fue hasta las 8:30 hora local (13:30 GMT) que el personal penitenciario se percató, durante un recuento rutinario, de su ausencia.

En una rueda de prensa, la sheriff Susan Hutson apuntó que hay indicios de que los reos recibieron ayuda por parte de miembros de la policía.

Las autoridades advirtieron que los fugados, todos hombres y con edades que van de los 20 a los 42 años, son peligrosos y podrían estar armados.

Al menos cuatro de ellos están acusados de asesinato y otros enfrentan cargos por agresiones violentas con armas de fuego o delitos relacionados con drogas, según registros de la prisión consultados por medios locales.

La policía estatal de Luisiana ha logrado hasta ahora arrestar a Kendell Myles, uno de los fugitivos, en un estacionamiento de un céntrico hotel de la ciudad.

Myles fue detenido tras una breve persecución y trató de esconderse debajo de un vehículo.

La búsqueda del resto de los fugitivos sigue en curso, y la oficina de la sheriff trabaja de manera coordinada con policías locales y estatales para ponerlos bajo custodia, informaron las autoridades.

Inicialmente, las autoridades informaron que once personas habían escapado del centro, pero posteriormente afirmaron que se trataba de un error en el recuento y que fueron diez los fugados.

"Gracias a la Tropa NOLA (policía estatal) por su diligencia y rapidez al detener al primer fugitivo. A los otros diez: ¡USTEDES SON LOS SIGUIENTES!", declaró el gobernador de Luisiana, Jeff Landry, en redes sociales.

El suceso ha generado indignación en Luisiana, y la fiscal general del estado, Liz Murrill, declaró que "alguien claramente cometió un error y no hay excusa para esto".

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