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Un usuario de redes sociales exhibió una práctica insalubre y bastante común entre comerciantes y vendedores de alimentos que se ubican en calles de la Ciudad de México.
En el video, que se viralizó rápidamente, se muestra cómo una vendedora de elotes permite que un hombre llene su olla, donde hierve el maíz, y otros dos garrafones, con agua que se usa para regar los jardines de la Alameda Central, en el centro de la ciudad.
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El sujeto que aparece en el video cargando la manguera para rellenar los recipientes de la vendedora, aparentemente es un trabajador de la Secretaría de Obras y Servicios de la CDMX, pues porta el uniforme que los distingue.
Tras darse a conocer el video en Twitter, los comentarios no se hicieron esperar y las opiniones se han dividido entre aquellos que minimizan el hecho y otros que lo censuran.
- "Es agua de llave y va a hervir así q cuál es el problema, comen cosas peores y siguen vivas vivos".
- "Y si vieran las vecindades dónde guardan la mercancía y sus alimentos, las ratas se pasean por encima de sus trastes y comida".
- "¿Quién sería el ingenuo que piense que lo hacen con agua purificada? Todo mundo sabe que esos negocios son un foco de infección y que carecen de protocolos de higiene y salubridad".
- "Sigan comiendo con esa gente sucia, deberían de multar estos actos, que pueden provocar la muerte".
OMS alerta de riesgos por usar agua de riego o tratada en los alimentos
El agua tratada destinada al riego no es apta para el consumo humano, incluso si se hierve, ya que el tratamiento que recibe no elimina completamente todos los microorganismos ni los contaminantes que podrían afectar la salud.
Aunque hervir el agua de riego puede destruir ciertos microbios, bacterias y virus, no garantiza la eliminación de sustancias químicas o metales pesados que puedan estar presentes. Por esta razón, aunque esta agua puede usarse para irrigar cultivos, no debe ingerirse ni por personas ni por animales.
Asimismo, la Organización Mundial de la Salud (OMS) ha alertado que “el saneamiento deficiente (en el agua) contribuye a la transmisión de enfermedades como el cólera, otras enfermedades diarreicas, la disentería, la hepatitis A, la fiebre tifoidea y la poliomielitis”.