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Veinticinco países, incluidos Gran Bretaña, Japón y una serie de naciones europeas emitieron el lunes una declaración conjunta afirmando que la guerra en Gaza "debe terminar ahora", al intensificarse el lenguaje de los aliados de Israel por sus acciones bélicas.
Los ministros de relaciones exteriores de países como Australia y Canadá manifestaron que "el sufrimiento de los civiles en Gaza ha alcanzado nuevas profundidades". Condenaron "el goteo de ayuda y el inhumano asesinato de civiles, incluidos niños, que buscan satisfacer sus necesidades más básicas de agua y alimentos".
La declaración describió como "horripilantes" las muertes recientes de más de 800 palestinos que buscaban ayuda, según las cifras publicadas por el Ministerio de Salud de Gaza y la oficina de derechos humanos de la ONU.
"El modelo de entrega de ayuda del gobierno israelí es peligroso, alimenta la inestabilidad y priva a los gazatíes de la dignidad humana", dice la declaración.
"La negativa del gobierno israelí a proporcionar asistencia humanitaria esencial a la población civil es inaceptable. Israel debe cumplir con sus obligaciones bajo el derecho humanitario internacional", agregó.
Notablemente ausentes de la nueva declaración estaban Estados Unidos y Alemania. El ministro de relaciones exteriores alemán Johann Wadephul escribió en X que habló con su homólogo israelí Gideon Saar el lunes y expresó la "mayor preocupación por la catastrófica situación humanitaria" en Gaza a medida que se amplía la ofensiva de Israel. Hizo un llamado a Israel para implementar acuerdos con la UE para permitir la ayuda humanitaria.
La población de Gaza, de más de 2 millones de palestinos, se encuentra en una crisis humanitaria catastrófica, dependiendo en gran medida de la limitada ayuda permitida en el territorio. Muchas personas han sido desplazadas múltiples veces.
La mayoría de los suministros de alimentos que Israel ha permitido entrar en Gaza van a la Fundación Humanitaria de Gaza, un grupo estadounidense respaldado por Israel. Desde que las operaciones del grupo comenzaron en mayo, cientos de palestinos han muerto en tiroteos por soldados israelíes mientras se dirigían a los sitios, según testigos y funcionarios de salud.
Los 21 meses de guerra han llevado a Gaza al borde de la hambruna, han provocado protestas mundiales y han llevado a una orden de arresto de la Corte Penal Internacional contra el primer ministro israelí Benjamin Netanyahu.
Las críticas de los aliados sobre las acciones de Israel han tenido poco efecto. En mayo, Gran Bretaña, Francia y Canadá emitieron una declaración conjunta instando al gobierno de Netanyahu a detener sus operaciones militares en Gaza y amenazando con "acciones concretas" si no lo hacía.
Israel rechaza las críticas, afirmando que sus fuerzas han actuado legalmente y culpando a Hamás por las muertes de civiles porque los militantes operan en áreas pobladas. Dice que ha permitido suficiente comida para sostener a Gaza y acusa a Hamás de desviar gran parte de ella. Las Naciones Unidas dicen que no hay evidencia de una desviación generalizada de la ayuda humanitaria.
La nueva declaración conjunta pidió un alto al fuego inmediato, diciendo que los países están preparados para tomar medidas para apoyar un camino político hacia la paz en la región.
Israel y Hamás han estado involucrados en conversaciones para un alto al fuego, pero no parece haber un avance y no está claro si alguna tregua pondría fin a la guerra de manera duradera. Netanyahu ha afirmado repetidamente que expandir las operaciones militares de Israel en Gaza presionará a Hamás en las negociaciones.
Hablando ante el Parlamento, el secretario de Relaciones Exteriores británico David Lammy agradeció a Estados Unidos, Qatar y Egipto por sus esfuerzos diplomáticos para tratar de poner fin a la guerra.
"No hay solución militar", destacó Lammy. "El próximo alto al fuego debe ser el último alto al fuego".
Hamás desencadenó la guerra cuando militantes irrumpieron en el sur de Israel el 7 de octubre de 2023, matando a alrededor de 1,200 personas y tomando a otras 251 como rehenes. Cincuenta permanecen en Gaza, pero se cree que menos de la mitad están vivos.
La ofensiva militar de Israel ha matado a más de 59,000 palestinos, según el Ministerio de Salud de Gaza. Su conteo no distingue entre militantes y civiles, pero el ministerio dice que más de la mitad de los muertos son mujeres y niños. El ministerio es parte del gobierno de Hamás, pero la ONU y otras organizaciones internacionales lo consideran la fuente más confiable de datos sobre víctimas.